15 de mayo de 2014

Cascada de Xorroxin




Población: Erratzu
Distancia: 6km
Desnivel: 125m
Tiempo: 1h30’

Empezamos el día visitando la cueva de Zugarramurdi.

Menuda decepción. No son cuevas, las brujas vivían allí, pero se las juzgó y torturó aquí, con lo cual... ¿qué nos están enseñando? Sí, el entorno muy bonito...

...pero no vale los 4€ que cuesta, y menos en vista de que nos toman por tontos. Dicen que el arroyo sigue su labor, cuando a unos metros hay un muro que contiene y guía el arroyo por donde ELLOS quieren. No hay seguridad, para impedir que la gente destroce lo poco que queda de natural en la cueva, hay luces azules, naranjas, y verdes, que más parece una discoteca…

Entiendo que haya senderos que se adapten para todos los públicos (que ya puestos, podían adaptarlo también para minusválidos, que también tienen derecho…), pero esto no es una adaptación, es un sacacuartos.



En fin, después del disgusto, ya vamos de vagos, así que nos pasamos del centro del pueblo, y tiramos en coche hasta el barrio de Gorostapolo. Así nos quitamos casi 2km de ida, más otros tantos de vuelta.

Aparcamos donde no molestamos, comemos (dentro del coche, porque el ambiente de campo, otra vez, nos acompaña), y empezamos a andar.

Se sale por un camino empedrado que baja desde el lateral de la ermita. A nuestro alrededor hay cabras, vacas, caballos… Ideal para que los niños vean animales.

 
El sendero se sigue sin problema, ya que en cada desvío hay un cartel que indica “Xorroxin”, y otro que indica “Iñarbegi”. En teoría, siguiendo el sendero de Iñarbegui, también se puede llegar a la cascada, y hacerlo así circular, pero, como he dicho, estamos de vagos, así que vamos directos.

 

 Pero hay un desvío que nos engaña. El camino en realidad nos marca por la derecha, ese que he señalado con una cruz roja gigante:

Si seguimos el camino tal cual lo marca, cruzaremos un puente de cemento, y bajaremos al nivel del río. Desde ahí, según las marcas, hay que cruzar… Cruzar sin puente, por lo que el mismo cartel marca como “aguas bravas”. 

Así es que, nos damos media vuelta, y subimos por la izquierda, aunque cada dos pasos haya cruces que nos indican que por ahí no es (en realidad, nos arriesgamos a subir porque vimos gente bajar de ahí). Casi al final, también tenemos que cruzar agua, pero en ésta ocasión, son tres pasos, y hay rocas que no resbalan, que nos ayudan a pasar.

 Por ahí, mucho más fácil, llegamos a la base de la cascada.

 

 ¡Menos mal que ésta impresionante caída de agua nos salvó el día! Y casi casi, el fin de semana entero...

14 de mayo de 2014

Azoleta Xatanerreka



Población: Valcarlos  
Distancia: 4km
Desnivel: 210m
Tiempo: 1h30’


Después de 15 veces calle arriba, calle abajo (por la falta de información sobre la ruta, tanto en internet como preguntando a las gentes del pueblo), conseguimos salir.



Se trata de aparcar por el centro, tras el ayuntamiento, en el frontón, donde se pueda. Nosotros concretamente, en el jardín de la casa rural). De ahí, buscar el Restaurante Supermercado (en frente del estanco), y subir la cuesta, dirección ermita (esto da una pista, ya que el final de la ruta es la ermita misma). Una vez arriba, ya vemos un cartel que nos indica, y empezamos a ver las marcas.




Parecen bastante recientes, aunque el camino… Bueno. En muchos tramos nos come. Entendemos que no tendrá mucha afluencia, ya que por ahí pasan sólo los peregrinos a Santiago, pero… Según mi punto de vista, gastas dinero público en preparar los caminos para atraer turismo a tu zona, ¿para después descuidarlo? Los pocos turistas que vayamos, desde luego ¡no hablaremos bien de ello! A ver, que a mí no me importa ir campo a través, si tengo que hacerlo… Pero si el camino es reciente, cuídalo… ¡digo yo!
 

Bueno, después de ésta disertación, empiezo a  explicar el camino. En seguida nos baja y nos mete en una verdadera selva. Los árboles, como se ve, son añejos.



Al menos aquí el puente es resistente (éste y todos los que nos encontraremos a lo largo del camino). También vemos algo que en su día debió ser un puente, de alguna otra ruta (que llevaba a Narnia o algo así, porque no veíamos mucha forma de seguir subiendo...)


Desde ahí subimos de nuevo hasta una casa, con gallinas (se nota que estamos en zona de campo). 


Continuamos nuestro andar, y esa subida que nos viene ahora es la causante de toda mi disertación anterior. Los arbustos y las flores, comen el camino, prácticamente no cabemos, no vemos el suelo (que por suerte, está seco en casi todas partes).




El camino nos sigue llevando, sin pérdida, bajando al río, volviendo a subir… Los portillos que nos encontramos son de todo tipo: somieres, palés… incluso alguno que está tirado por el suelo… a modo de paso canadiense rudimentario.



Desde ese paso, entramos a un túnel verde, que ni el túnel Seikan, ese (uno de Japón, cómo no, con su vía de tren y todo).




También encontramos una barricada en el camino: un tractor amarillo (¿será el de la canción?). Porque, pa’ qué van a  respetar el camino, si nadie pasa por ahí… La función del tractor, al parecer, era mover el estiércol, así que podemos dar gracias a que estuviera vacío. Aunque mantenía el olor, para dar ambiente ;-)


 Después caminamos al lado de un prado casi totalmente vertical.



Llegamos a una curva con buzones (pobre el cartero…), donde podemos decidir si volver al pueblo por un atajo, o terminar la ruta cogiendo un desvío a la derecha.



Obviamente, cogemos el desvío. Al terminar de subir, nos atacan (en sentido figurado) unos perros tamaño rata grande, que… A ver, no hacen nada, pero molestan, y desde luego no creo que debieran estar sueltos por mucho que sea tu terreno. Una cerquita para delimitar, no vendría ni tan mal…


En fin, pasamos un portillo, y vamos sufriendo el calor infernal que sube del suelo (de ahí debe venir lo de Satan erreka). El camino nos baja al río una vez más, pasamos un puente, y vueeeelta para arriba. Todo empieza  a ser extraño, aparecen casas derruidas, y comidas por la vegetación. Algún barrio antiguo del pueblo.




Salimos del bosque, y después de un pequeño desvío (que en realidad creo que da igual tomarlo o no), subimos hacia la ermita. 



Según la descripción, desde aquí hay, literalmente unas “espléndidas vistas sobre el valle”… Opinad.



Ya que estamos, por las horas, pensamos si comer allí o no… Pero pa’ lo que queda, ya nos bajamos hasta casa, y comemos una ensaladita de pasta, rica rica.



La tarde la completamos con un paseo, que nos baja al río (desde el estanco, empezáis a bajar, bajar, bajar) hasta un puente, junto a la depuradora, que tiene un edificio en ruinas al lado (un antiguo molino). De ahí cogemos la carretera que sale a la derecha, y subimos, subimos, sin rumbo fijo, durante una hora. Después lo bajamos, sin haber llegado a ningún sitio concreto.

Ese paseo no merecía su propia entrada, pero quizá sí una foto del puente junto al molino, que según palabras de Gaby, era muy Residen Evil. 



Hasta aquí nuestro día. ¡Nos vemos mañana en Zugarramurdi!

13 de mayo de 2014

Arlekia Lautzaran




Población: Orbaitzeta
Distancia: 7km
Desnivel: 340m
Tiempo: 3h


Comenzamos las vacaciones de primavera con una visita al pirineo navarro.

La primera parada, la fábrica de armas de Orbaizeta. Claro que  la selva de Irati, como cualquier hayedo, merece su visita en otoño, pero ya hicimos el intento y fue un poco mal (Selva de Irati). Ésta vez, aprovechamos el buen tiempo para visitar la otra parte de la selva.

Cacharreamos un poco por la fábrica de armas. El edificio, ahora en ruinas,se construyó en el s. XVIII, por la presencia de las materias primas necesarias (hierro, agua y madera). Se hizo para abastecer de armas y munición al ejército. Al estar tan cera de la frontera, sufrió constantes saqueos e incendios (ya sabemos la manía de los franceses de quemar cosas… o de los españoles para que no entraran los franceses… el caso era salir ardiendo, vaya).
Tras un siglo funcionando (y sufriendo esos saqueos/incendios), se suprimió, y se dejó a merced de la naturaleza. Ahora está comido por los arbustos, y el río Legartza sigue su curso en la galería más baja.
Fue declarado Bien de Interés Cultural.
Después de trastear por la zona, salimos a la plaza (que tiene su iglesia y alguna casa, donde en su día vivieron los obreros de la fábrica), y empezamos la ruta. Salimos rodeando la iglesia, y empezamos a ver las marcas que seguiremos (blanca y verde).
El olor a campo (estiércol…) nos acompaña al principio. Hay que subir por una pradera (el cartel nos indica tanto ahí como por una pista, que es por donde volveremos, ya que es circular, pero en la pista no encontramos muchas más señales, y prefiero hacerlo en éste sentido).
En seguida entramos en un bosquecito, pasando por un portillo (a ver, el portillo cuesta pasarlo. Tiene un nudo que parecen quince juntos, pero de verdad de verdad que es por ahí, y a partir de éste punto, todo se simplifica).

El camino nos lleva sin pérdida posible por un bosque. Hay un desvío hacia las ruinas del castillo de Arlekia. El tema es que del castillo quedan unas piedras, que forman un murete, y poco más. Merece la pena por las vistas, no lo niego, pero es una pendiente muy fuerte (empieza a 928m, y el castillo está a 1020… y son 500m de distancia), así que, si no habéis desayunado bien, os podéis ahorrar el tramo.


Ahí almorzamos, y nos volvemos al camino principal. Un poco después, hay otro desvío, hacia las cuevas de Lutoa. Dicen que son bonitas, y una vez entras, suponemos que amplias, pero hay que arrastrarse para entrar, así que también os podéis ahorrar la subida (ésta no es una subida tan grave, a no ser por el terreno, que estaba todo un poco suelto).

Volvemos de nuevo a la senda principal, y seguimos andando. Llegamos al collado de Lauzarán, y de ahí pasamos un portillo, llegando a la ladera sur.
 
  Tenemos algún desvío para el que hay que estar atento, pero no ofrece dificultad (aún…)

A partir de éste portillo, empieza lo divertido. Teníamos que habernos traído el machete, porque los pinos caídos nos comen.

Salimos vivos contra todo pronóstico, y paramos a comer en cuanto encontramos un tronco estratégico para sentarnos.
Seguimos bajando, y vemos que nuestro camino lleva por un puente, que debería cruzar la regata de Itolatz. Pero no la cruza, porque el agua se comió medio puente. Lo normal hubiera sido descalzarse y pasar, pero iba fuerte, era profundo y resbalaba, así que no nos parecía una buena opción. Nuestras mentes empiezan a funcionar, y buscamos troncos, ramas gordas, cualquier cosa que sirva para apoyar los pies con cuidadito sin mojarnos en exceso. Llegar al puente, ya que la mitad estaba mojada y resbaladiza, también fue toda una aventura, pero conseguimos salir ilesos y (casi) secos.

Pasado ese tramo, llegamos a la pista, que seguiremos en suave descenso (algún rato no es tan suave, pero corriendo se salva rápido), hasta llegar de nuevo a la fábrica de armas.


 Ya sólo nos queda coger el coche y seguir carretera hasta Valcarlos. Preparaos para la siguiente ruta.

Monasterio de Iratxe - Montejurra

Población: Ayegui Distancia: 11km Desnivel: 570m Tiempo: 3h45' Track:  https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/monasterio-de-iratxe-mont...