Población:
Erratzu
Distancia: 6km
Desnivel: 125m
Tiempo: 1h30’
Track (no es
nuestro): http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3775263
Empezamos el
día visitando la cueva de Zugarramurdi.
Menuda
decepción. No son cuevas, las brujas vivían allí, pero se las juzgó y torturó
aquí, con lo cual... ¿qué nos están enseñando? Sí, el entorno muy bonito...
...pero
no vale los 4€ que cuesta, y menos en vista de que nos toman por tontos. Dicen
que el arroyo sigue su labor, cuando a unos metros hay un muro que contiene y
guía el arroyo por donde ELLOS quieren. No hay seguridad, para impedir que la
gente destroce lo poco que queda de natural en la cueva, hay luces azules,
naranjas, y verdes, que más parece una discoteca…
Entiendo que
haya senderos que se adapten para todos los públicos (que ya puestos, podían
adaptarlo también para minusválidos, que también tienen derecho…), pero esto no
es una adaptación, es un sacacuartos.
En fin, después
del disgusto, ya vamos de vagos, así que nos pasamos del centro del pueblo, y
tiramos en coche hasta el barrio de Gorostapolo. Así nos quitamos casi 2km de
ida, más otros tantos de vuelta.
Aparcamos
donde no molestamos, comemos (dentro del coche, porque el ambiente de campo,
otra vez, nos acompaña), y empezamos a andar.
Se sale por
un camino empedrado que baja desde el lateral de la ermita. A nuestro alrededor
hay cabras, vacas, caballos… Ideal para que los niños vean animales.
El sendero
se sigue sin problema, ya que en cada desvío hay un cartel que indica
“Xorroxin”, y otro que indica “Iñarbegi”. En teoría, siguiendo el sendero de
Iñarbegui, también se puede llegar a la cascada, y hacerlo así circular, pero,
como he dicho, estamos de vagos, así que vamos directos.
Pero hay un
desvío que nos engaña. El camino en realidad nos marca por la derecha, ese que he señalado con una cruz roja gigante:
Si seguimos el camino tal cual lo marca, cruzaremos un puente de cemento, y bajaremos al nivel del río. Desde
ahí, según las marcas, hay que cruzar… Cruzar sin puente, por lo que el mismo
cartel marca como “aguas bravas”.
Así es que, nos damos media vuelta, y subimos
por la izquierda, aunque cada dos pasos haya cruces que nos indican que por ahí
no es (en realidad, nos arriesgamos a subir porque vimos gente bajar de ahí).
Casi al final, también tenemos que cruzar agua, pero en ésta ocasión, son tres
pasos, y hay rocas que no resbalan, que nos ayudan a pasar.
Por ahí,
mucho más fácil, llegamos a la base de la cascada.
¡Menos mal
que ésta impresionante caída de agua nos salvó el día! Y casi casi, el fin de semana entero...