Bonicaparra

Población: Ezcaray
Distancia: 14km
Desnivel: 480m
Tiempo: 3h30'
Track (No es nuestro): http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1333020


Después de turistear por las fiestas de Santo Domingo, con sus espectáculos medievales (ayx.. el caballero negro... ¡qué pelazo!), pensamos que será buena idea ir al día siguiente de ruta por Ezcaray.

Así que allá vamos, recogemos al primo de Paula (que parece que se apunta una vez al año...) y aparcamos en la antigua estación de Ezcaray (donde hay una cafetería restaurante más que recomendable).

Seguimos el GR-93, que nos llevará hasta Turza, una de las aldeas de Ezcaray, por un camino sencillo, aunque no excesivamente bonito (y embarrado... he de decir que llevábamos MUCHO tiempo con niebla y hacía solo dos días que se había despejado mínimamente por ésta zona).

Una vez en Turza, tenemos que seguir las indicaciones. Aunque en realidad las indicaciones te meten por una calle que da algo de vuelta, y puede ir uno simplemente a la parte alta del pueblo siguiendo la carretera. Nosotros, subimos por donde mandan las marcas, porque somos muy bien "mandaos".

Aquí es cuando empieza lo divertido, una subida dura, con bastante pendiente. Pero poco a poco vamos haciendo. El primo de Paula, que no tenía previsto ir al monte y sólo localizó unos pantalones de nieve, casi se deshidrata por el camino (hacía mucho calor), pero aún así, era el que abría la marcha.

Antes de lo esperado, llegaremos a un depósito de agua.

Al lado hay unos caballos, muy simpáticos, que buscan amor (y yo, que busco dar amor..)

En éste punto, abandonamos el GR y seguimos por una pista que sale a nuestra izquierda, en dirección al refugio de Bonicaparra. A lo lejos vemos el San Lorenzo, sin nieve a éstas alturas... Pero lo importante son las vistas del valle desde donde estamos.

Ya en llano, sin cansarnos, en seguida llegamos al refugio de Boicaparra. Está abierto, pero el día es tan espectacular, que decidimos comer fuera. En mi caso, quiero rendir homenaje a las tortillas de la madre de Paula. Me supo buena por la noche, y seguía jugosa al día siguiente después de una noche en la nevera, un "recalentao" al microondas y volver a enfriarse por el camino. ¡QUÉ BUENA!

Desde aquí ya solo nos queda bajar por la pista, se hace un tanto pesado al final, pero en fin, estamos charlando, y de paseo, así que ni tan mal. Al principio, lo pasamos como enanos tirando hojas. También pasamos por un par de áreas recreativas, en concreto es bonita el área de Tres Aguas.

Hacia el final, cogemos un desvío a la derecha, que nos hace abandonar la pista y nos lleva hasta Ezcaray, de nuevo al punto donde dejamos el coche.

Como premio a ésta durísima ruta, los tíos de Paula (también, padres de Diego), nos invitaron a merendar unos crepes caseros. ¡Si es que todos cocinan bien en ésta familia!

Pico Urbión

Población: Montenegro de Cameros
Distancia: 11km
Desnivel: 650m
Tiempo: 5h
Track (No es nuestro): http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=5189331

Hago madrugar a Paulita, que estaba muy en contra (y muy acatarrada, o alérgica, o algo, porque la pobre no paró de moquear... :-( ).

Pongo Montenegro de Cameros, porque es el último núcleo urbano que paso, que puede que salga en el GPS, pero realmente el punto de partida de la ruta es la Laguna Negra. Nosotras tenemos suerte y podemos aparcar en el parking de arriba, con lo que nos quitamos unos 3km entre ida y vuelta, de lo que pone en ese track.

Otro dato a tener en cuenta es que ese track lo he cogido a posteriori, porque se parece más a lo que hicimos, pero no era ese el que intenté seguir y que me demostró que mi GPS, ese que me regalaron los reyes magos hace años, no funciona (diréis "será que no sabes usarlo".. pero no, no funciona).

Total, que llegamos, aparcamos, nos calzamos las botas y vamos a ver la Laguna Negra.

La bordeamos por la pasarela de madera que hay, y cuando termina empezamos a seguir la señalización que nos hace subir una corta, pero muy pronunciada pendiente.

En seguida llegamos arriba, reventadas, y seguidas por un perro asmático (bueno, no sabemos si tenía asma, lo que sabemos seguro es que no respiraba bien... porque ese ruido no era normal).

Arriba nos guiamos por las señales, ya que el GPS no va bien...

Aún así tenemos que seguir las indicaciones que nos da un compi senderista que ha ido con toda la familia, porque hay overbooking de hitos y uno no sabe ya para dónde ir. Tras seguir esas indicaciones, llegamos por fin a la laguna Helada.

Ya pasando del GPS, seguimos las señales. Señales que nos guían hasta el pico. En un punto hay un desvío hacia la laguna larga, pero nosotras seguimos recto, porque la idea es ver la laguna larga a la vuelta. Continuamos siguiendo la señalización, y al subir una pequeña cuesta (que yo complico un poco más, porque tampoco tenemos claro hacia dónde es, y al ir a investigar pues ya se sabe lo que pasa, que una luego "acorta"), ya vemos el pico a lo lejos.

Desde ahí cogemos una pista muy llana, hasta la base del pico, donde también hay un desvío que nos manda al Nacimiento del Duero (¿recordáis que ya estuve ahí con Hector?).

Primero subimos a la cima, que da un poco de miedo desde la base...

...Pero en seguida terminamos de subir. Aunque, como es sábado, otoño, y hace un día TAN espectacular, hay muchísima gente.

Comemos algo en un rinconcito donde no nos da el aire, y bajamos. 

Ahora sí, nos desviamos a ver el nacimiento del Duero, donde la menda aprovecha para meter los pies, cómo no...

Aquí viene lo divertido. Estamos convencidas de que, desde donde estábamos, hay forma de llegar a la Laguna Larga, pero no vimos ninguna señal, y como ya he dicho, mi GPS no funciona (sí, te localiza... más o menos... Pero si te mueves, te pierde).

Así que, desandamos nuestros pasos hasta ese punto donde habíamos visto el desvío anteriormente. Punto desde el que aún se veía la laguna Helada. 

A lo lejos vemos a unas chicas, que llevan buen ritmo, y decidimos seguir sus pasos "que parece que saben a dónde van". Llegamos, gracias a las señales, porque a ellas las perdimos rápido, a la laguna Larga.

Haciendo las fotos y bebiendo agua, oigo mi nombre.. me giro y... ¡Me encuentro con una fan!

No es que me reconociera por ser fan... ¡Es que fuimos juntas al cole! Pero sí le hemos servido de inspiración alguna vez. Y ésta vez nos sirvió de inspiración ella a nosotras, porque nos indicó un sitio donde había una vista preciosa de la Laguna Negra, mientras volvíamos, y una cascada bien bonita.

Al fin, bajamos por el mismo sitio por el que habíamos subido. Curiosamente, tal como da el sol en ese momento, vemos la laguna Negra de un tono más bien VERDE.

Para terminar el día, nos acercamos a Castroviejo, en Duruelo de la Sierra, y llevé a Paula a ver Cueva Serena. (sí, lo mismo que hice con Héctor, también).

Sendero del Bosque de Zabaleta

Población: Ochagavía
Distancia: 8km
Desnivel: 130m
Tiempo: 4h30'
Track (No es nuestro): http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1314435
Web: http://www.selvadeirati.com/bosque%20de%20zabaleta.html

Éste año es el año de cumplir sueños... Pude ir a las Gorges de Holtzarte y de Kakouetta, al fin pude hacer la ruta del Cañón del Leza, y por fin... POR FIN vine a la selva de Irati, en otoño y con buen tiempo.

Aún así llegué tarde, porque quedaban pocas hojas, ya... Pero ¡ahí fuimos! Palizón de coche... Gracias a Sandra y Daniela, que me acompañaron sin preguntar a dónde ni a qué.

Nos dirigimos al área de acogida de la Virgen de las Nieves (desde Ochagavía, se sube el puerto, se pasa el alto de la Tapla, y se sigue la carretera recta, sin pérdida).

Al ser temporada SÚPER alta, tenemos que pagar, pero no es mucho, y nos dan un mapa con varios senderos (los mismos que aparecen en la web).

El sendero que escogí, estaba pensado para que tardásemos un par de horas (3 como mucho), y que así nos diera tiempo a hacer otro desconocido para mi... Pero era todo demasiado bonito, y tenía a Daniela con complejo de fotógrafa que cada 4 pasos hacía 30 tomas... (no diré que yo no hiciera fotos... Pero desde luego éste viaje, ¡lo de Dani fue exagerado!). Sandra se culpaba a ella misma, por ir despacito, pero ¡eh!, que todos hemos tenido un inicio, y no fue para nada lenta.... Sandra is the best!

En fin, escogemos el sendero del Bosque de Zabaleta.

Éste sendero va a través del bosque, hacia el embalse de Irabia, donde ya estuvimos hace unos años, con la alerta naranja por lluvias. En esa ocasión fuimos solo por pista. Sin embargo en ésta ocasión nos metemos por el bosque siguiendo el sendero señalizado.

Se llega a un lugar bastante alto, desde el que tenemos vistas bonitas de la zona:

Luego volvemos a bajar, poco a poco, con paisajes estupendos, y mucho amor (sí, eso es un corazón, ¡y atreveos a decir lo contrario, que nos quedó divino!)

Cuando ya queda poco para la unión con la pista, que es el último tramo antes de llegar al embalse, vemos éste "puente" (porque debajo hay un cauce seco... En algún momento seguro que lleva agua, y es útil ese tronco. Dani consiguió pasar divinamente, mi equilibrio no fue tan bueno, y Sandra ni lo intentó).

Una vez en la pista, también nos despistamos por algunos recovecos donde podemos hacer fotos bonitas.

Por fin, llegamos al desvío de la pista para bajar a la casa forestal, y al embalse de Irabia. Bajamos a ver el embalse...

... y subimos de nuevo, a la casa forestal, donde comemos algo (que en teoría era simplemente un almuerzo, porque para cuando llegamos ahí, según mi previsión ya tendríamos que estar de vuelta, comiendo en el coche...)

Después del tentempié, proseguimos nuestro camino. Ahora nos toca otro pequeño tramo (más o menos el mismo tramo que hemos hecho antes por pista), por un camino, rodeadas de árboles curiosos.

Después de mucho subir y bajar (porque se cruzan varias regatas, y hay que bajar hasta ellas y volver a subir, y volver a bajar, y así sucesivamente hasta el fin de los tiempos y amén), llegamos a la pista, y la seguimos hasta el área de acogida de nuevo.

Aprovecho ésta ruta para estrenar ¡mi CAMPINGAZ! ¡Comimos caliente! Y una tortilla buenísima que nos hizo Sandra.

Después de la comida, como no había mucho más tiempo, no me dio tiempo a hacer otra ruta desconocida, así que al menos quise repetir la Cascada del Cubo, para verla sin tanto caudal.

A la vuelta, aún tuvimos tiempo de parar en el alto de la Tapla, y saludar a los caballos que allí pastaban.

Ya se nos hace de noche...

... Pero a pesar de las dos rutas, y la paliza de coche, el ánimo no decae y seguimos llenas de energía.

¡HASTA LA PRÓXIMA!