Sendero del Suspiro (P.N. Bertiz)

Población: Oieregi
Distancia:  8,50km
Desnivel:   200m
Tiempo:    5h20'

Artistas Invitados: Juli, María, Hector
Amigos Peluditos: Lucky, Naomi, Mechas

Hoy, la idea principal era seguir el sendero Irretarazu, del Parque Natural de Bertiz, pero una vez allí, decidimos escoger una alternativa un poco más larga, para que no nos supiera a poco, y escogimos el sendero del suspiro. La tercera opción sería Iturburúa, para hacer la excursión un poco más larga, pero pensamos que quizá era demasiado, ya que nuestros invitados eran incluso más novatos que nosotras... Así que decidimos quedarnos en el punto medio.

Se inicia la ruta en el palacio Erreparatzea (jamás recordaré ese nombre, siempre tengo que mirarlo...). Justo al pasar Oieregi, hay un carretil estrecho a la derecha, por donde meter el coche, para aparcar justo en frente del palacio. Hay que ir atento, porque yo ni lo vi...

Allí mismo tenemos un puente medieval...

 Tras pasarlo, debemos girar a la izquierda. Ahí tenemos una puerta que nos indica que entramos en la zona protegida, y que los perros deben ir atados...

Tras un ratito caminando, pasamos por delante de la puerta del señorío de Beritz, donde hay un jardín botánico. Dejándola a nuestra derecha, sin entrar ni nada, seguimos nuestro camino, todo recto.

Llegamos a un sitio donde hay una recreación de tres fases de la construcción de una carbonera, donde nos asomamos a investigar. Justo ahí, vemos los paneles que nos indican que nuestro camino asciende, dejando las carboneras a la derecha.

Es una subidita importante, así que en cuanto subimos, descansamos un poco en "Markategico Borda".

 El resto del camino, es bastante llano, con pequeñas subidas y bajadas, pero nada excesivo. Lucky y Naomi iban por delante, atados uno a otro (el cartel decía que los perros debían ir atados, en ningún sitio especificaba quién debía cogerlos...)

 Nuestros invitados, luchando contra la cuesta, con Mechitas acompañando.

 En general, el camino no entrañaba dificultad. Si había zonas con agua, las salvaba un puente, o unas vigas de madera (aunque normalmente resultaba insuficiente, y nos manchábamos de barro igualmente... Pero la intención es lo que cuenta.). En alguna ocasión sí tuvimos que saltar un tronco... cosa que con las correas de los perros, y teniendo en cuenta que Lucky y Mechitas son dos antisociales que no se soportaban uno a otro (machos.....) ésto resultó harto complicado... Pero, ¿Qué sería de nosotras sin cierta aventura?

 
Justo donde nuestro sendero se separaba del Sendero Iturburua, paramos a comer...

 ... Y a descansar

Después del descansito, empezó la bajada, y fuimos siguiendo el riachuelo. Cruzamos un puente y así alcanzamos la pista principal del Parque, por la que está prohibido circular en coche (excepto el personal del propio Parque).

Siguiendo ésta pista, llegaremos de nuevo al punto donde se recrean las carboneras. Desviándonos a la izquierda, vamos al río para que los perros se den un baño.

Luego solo queda remontar el camino por el que habíamos venido (claro que nosotras dimos un rodeo, porque somos así, y cotilleamos un poco el jardín botánico desde fuera... pero llegar llegamos), hasta los coches.

Fuimos en busca de un bar para tomar algo fresquito, porque estábamos muertos de calor, y, aunque eso nos costó trabajo encontrarlo (porque el bar de ese pueblo sólo abre los fines de semana...) vimos unos potros.

Nuestros invitados superaron la prueba, aunque ¡dicen que no vuelven a venir con nosotras! Lo que hay que oír... Con lo bien que los tratamos...