Población: Panticosa
Distancia: 7.6km
Desnivel: 380m
Tiempo: 3h30'
Track (no es nuestro): https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/panticosa-valle-de-ripera-refugio-de-los-verdes-40845015
Tren: https://www.trendepanticosa.com/
Como en esta escapada tengo MUY poco tiempo, voy a aprovechar el máximo. Así que me levanto prontito, y conduzco hasta Panticosa, para coger el tren de El Sarrio. Es un tren turístico, que lleva hasta el valle de la Ripera, mientras su Ripereta cuenta historias y cosas curiosas sobre el destino.
Una vez arriba, hay varias rutas a seguir. La idea incial era el Ibon de Catieras, pero me he rajado, porque el tren tarda en subir más de lo esperado, y con los horarios escogidos ya iba muy justa. Tarda unos 50 minutos, muy amenos por estas explicaciones de Ripereta.
Así que tras consultar con el guía/conductor del tren, escojo ir dirección cascada de Tendenera. La sugerencia del chico combinaba un par de senderos, pero creo que ésta es, con diferencia, la ruta en que peor me he sentido... Os narro:
Según bajé del tren, pregunté y me recomendó ir hacia el verde, y luego añadir extra. Cosa que no pude hacer 😊. Al lado de donde te deja el tren, hay un cartel como el de arriba. Y un puente. Para ir en dirección a la cascada, se cruza y se avanza por una pista.
Os sitúo: 22 de julio, tiempo despejado, ni una triste sombra, yo (inocente), pensando que al estar alto igual hacía más fresco... Pero no. Qué horrible... La zona, no obstante, es muy bonita, y la ruta, en otra ocasión, tiene que ser ideal... Hoy no.
Caminando por esta pista, se llega a la cascada de Tendenera. Bueno, no, se llega a un sitio donde hay un cartel que indica "cascada de Tendenera", pero aún esta lejos. Se trata del sitio desde el que mejor se ve la cascada. Luego llegar hasta el pie es más complicado (o imposible, no sé, no lo intenté).
Como ya era hora, paré ahí a la sombra de una roca, mojé los pies, mojé el pañuelo que llevaba en la cabeza, mojé la cabeza... hubiera hecho un par de largos, de haber sido una piscina... ¡Ah! y de paso comí. Rodeada de arañas que me acompañaban en la misma única y húmeda sombra.
Y tras este refrescar, seguí andado. Misma pista. Por cierto, ahí sí hay una sombra. Observad el árbol. Esa es toda la sombra del camino. Esa y mi roca...
El camino hasta la cascada ya había sido algo penoso para mí, pero después de refrescarme me encontraba bien, así que valiente (o incauta) decidí seguir. Una vez se llega a una bifurcación, la izquierda lleva a la cabaña de Tendenera (la que debía haber seguido en combinación con ésta ruta), y la derecha hacia el rincón del Verde (la nuestra). Después de una ligera subida, hay una explanada con unos bancos. Entenderemos que es el mirador, porque hay bancos y bonitas vistas...
Pero hay que seguir subiendo.
Y subiendo, y subiendo. Me mareo. No hay sombra. Hay agua, por suerte, pero no hay sombra. Paro, respiro, me duele la cabeza, ¿doy la vuelta?, no me veo con fuerzas de bajar y hacer todo el camino hasta el tren... Pero tampoco puedo seguir subiendo.
Qué mal, ¿qué hago?... Miro el mapa (que facilitan en el propio tren)... No lo tengo claro, porque los ojos me hacen ya chiribitas, pero calculo que tras esa próxima (y dolorosa) curva (en cuesta) debería estar ya el refugio. Venga, va, lo intento. Total, lo peor que puede pasar es caer rodando.... humor negro, éste no es el momento.
Con mucho dolor consigo llegar. Veo el tejado y empiezo a rezar todo lo que conozco para que el refugio esté abierto. Aunque no lo estuviera, al menos algo de sombra dará la caseta, espero...
Por suerte, está abierto. Entro mareada. Me tumbo. No, no, no, no, no, es incluso peor. Venga, me siento. Almendras. Agua, y mas almendras. Coca cola (Azúcar a tope, no me patrocina nadie, lo prometo). Voy recuperando visión. Llegan más excursionistas, saludo, me miran entre extrañados y preocupados (se ve que a ellos no les ha sentado tan mal el calor). Bebo un poco más de agua, y descanso. Cuando ya me he recuperado, inicio el descenso. Mucho más tranquila, incluso sopla un poco de aire, que me da la vida. Y salen algunas marmotas a saludar.
Una vez en "la estación de tren", meto un poco los pies al río y me refresco de nuevo.
He hecho la mitad de lo que tenía intención de hacer, y me ha costado el triple. ¡Qué malísima sensación!. Aunque he llegado sana y salva, puedo decir que hoy la montaña me ha ganado. Y eso que lo de hoy no lo tomaba ni siquiera como un enfrentamiento... Pero me ha ganado. Otro día irá mejor.
De cualquier modo, y a pesar de mi experiencia, recomiendo encarecidamente el tren para aproximarse a este valle. Es precioso, y con el tren, aún si no sois muy de andar, podréis acercaros un poquito a la maravilla que es el Pirineo.
Me voy a descansar... ¡¡Saluditos!!
Distancia: 7.6km
Desnivel: 380m
Tiempo: 3h30'
Track (no es nuestro): https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/panticosa-valle-de-ripera-refugio-de-los-verdes-40845015
Tren: https://www.trendepanticosa.com/
Como en esta escapada tengo MUY poco tiempo, voy a aprovechar el máximo. Así que me levanto prontito, y conduzco hasta Panticosa, para coger el tren de El Sarrio. Es un tren turístico, que lleva hasta el valle de la Ripera, mientras su Ripereta cuenta historias y cosas curiosas sobre el destino.
Una vez arriba, hay varias rutas a seguir. La idea incial era el Ibon de Catieras, pero me he rajado, porque el tren tarda en subir más de lo esperado, y con los horarios escogidos ya iba muy justa. Tarda unos 50 minutos, muy amenos por estas explicaciones de Ripereta.
Así que tras consultar con el guía/conductor del tren, escojo ir dirección cascada de Tendenera. La sugerencia del chico combinaba un par de senderos, pero creo que ésta es, con diferencia, la ruta en que peor me he sentido... Os narro:
Según bajé del tren, pregunté y me recomendó ir hacia el verde, y luego añadir extra. Cosa que no pude hacer 😊. Al lado de donde te deja el tren, hay un cartel como el de arriba. Y un puente. Para ir en dirección a la cascada, se cruza y se avanza por una pista.
Os sitúo: 22 de julio, tiempo despejado, ni una triste sombra, yo (inocente), pensando que al estar alto igual hacía más fresco... Pero no. Qué horrible... La zona, no obstante, es muy bonita, y la ruta, en otra ocasión, tiene que ser ideal... Hoy no.
Caminando por esta pista, se llega a la cascada de Tendenera. Bueno, no, se llega a un sitio donde hay un cartel que indica "cascada de Tendenera", pero aún esta lejos. Se trata del sitio desde el que mejor se ve la cascada. Luego llegar hasta el pie es más complicado (o imposible, no sé, no lo intenté).
Como ya era hora, paré ahí a la sombra de una roca, mojé los pies, mojé el pañuelo que llevaba en la cabeza, mojé la cabeza... hubiera hecho un par de largos, de haber sido una piscina... ¡Ah! y de paso comí. Rodeada de arañas que me acompañaban en la misma única y húmeda sombra.
Y tras este refrescar, seguí andado. Misma pista. Por cierto, ahí sí hay una sombra. Observad el árbol. Esa es toda la sombra del camino. Esa y mi roca...
El camino hasta la cascada ya había sido algo penoso para mí, pero después de refrescarme me encontraba bien, así que valiente (o incauta) decidí seguir. Una vez se llega a una bifurcación, la izquierda lleva a la cabaña de Tendenera (la que debía haber seguido en combinación con ésta ruta), y la derecha hacia el rincón del Verde (la nuestra). Después de una ligera subida, hay una explanada con unos bancos. Entenderemos que es el mirador, porque hay bancos y bonitas vistas...
Pero hay que seguir subiendo.
Y subiendo, y subiendo. Me mareo. No hay sombra. Hay agua, por suerte, pero no hay sombra. Paro, respiro, me duele la cabeza, ¿doy la vuelta?, no me veo con fuerzas de bajar y hacer todo el camino hasta el tren... Pero tampoco puedo seguir subiendo.
Qué mal, ¿qué hago?... Miro el mapa (que facilitan en el propio tren)... No lo tengo claro, porque los ojos me hacen ya chiribitas, pero calculo que tras esa próxima (y dolorosa) curva (en cuesta) debería estar ya el refugio. Venga, va, lo intento. Total, lo peor que puede pasar es caer rodando.... humor negro, éste no es el momento.
Con mucho dolor consigo llegar. Veo el tejado y empiezo a rezar todo lo que conozco para que el refugio esté abierto. Aunque no lo estuviera, al menos algo de sombra dará la caseta, espero...
Por suerte, está abierto. Entro mareada. Me tumbo. No, no, no, no, no, es incluso peor. Venga, me siento. Almendras. Agua, y mas almendras. Coca cola (Azúcar a tope, no me patrocina nadie, lo prometo). Voy recuperando visión. Llegan más excursionistas, saludo, me miran entre extrañados y preocupados (se ve que a ellos no les ha sentado tan mal el calor). Bebo un poco más de agua, y descanso. Cuando ya me he recuperado, inicio el descenso. Mucho más tranquila, incluso sopla un poco de aire, que me da la vida. Y salen algunas marmotas a saludar.
Una vez en "la estación de tren", meto un poco los pies al río y me refresco de nuevo.
He hecho la mitad de lo que tenía intención de hacer, y me ha costado el triple. ¡Qué malísima sensación!. Aunque he llegado sana y salva, puedo decir que hoy la montaña me ha ganado. Y eso que lo de hoy no lo tomaba ni siquiera como un enfrentamiento... Pero me ha ganado. Otro día irá mejor.
De cualquier modo, y a pesar de mi experiencia, recomiendo encarecidamente el tren para aproximarse a este valle. Es precioso, y con el tren, aún si no sois muy de andar, podréis acercaros un poquito a la maravilla que es el Pirineo.
Me voy a descansar... ¡¡Saluditos!!
