Población: Ollobarren
Distancia:
7,4km
Desnivel:
390m
Tiempo: 3h
Bueeeno,
éste viaje voy acompañada… Pero mi acompañante es tímido, así que no sale en
las fotos (pero es el autor de las fotos más molonas… Felicitadle).
Allá que nos
fuimos, madrugando (en realidad no, pero queda bien decirlo, parecemos personas
más productivas…), camino a Ollobarren. ¿Qué no sabéis dónde está? Bueno, desde
Logroño, tiráis camino a Pamplona, por la autovía, y, ¿Sabéis donde pone
“Centro de Interpretación de la Trufa”? ¡¡¡Pues por ahí!!! ¡Por fin vi el
centro de interpretación de la Trufa! Ya era hora, jaja. Bueno, no entré, porque
en realidad no me gustan las trufas… Pero vi el edificio y tal..
Oye, ¡que me
desvío del tema! A lo que iba, gracias a mi GPS llegamos al pueblito, donde
tenemos un comité de bienvenida de tres perros que no me dejan avanzar, porque
revolotean alrededor del coche, y no veo dónde están, así que costó un poco
atravesarlo… Pero por fin, aparcamos pasada la iglesia, justo al lado del
cementerio, nos abrigamos bien, porque hace fresco, y empezamos.
Puse el
teléfono a grabar la ruta (sí, tengo GPS para ello, también, Garmin, precioso… en casa, muy bien guardado en su sitio.), pero
pilló la señal tarde así que empezó a grabar cuando le dio la gana. Además, esa
ruta ha quedado rara, porque no lo desconecté cuando me fui a investigar y
trepar, cual Dora Exploradora… Pero bueno, casi casi conseguimos hacerlo sin
perdernos…
Empezamos a
andar en llano…
Pero esa
felicidad dura poco y empieza la subida… 1h de subida, prácticamente, sin
parar… No hay muchas fotos de ello, porque estábamos más atentos a respirar y eso,
que parece como más vital, ¿no? Lo sentimos… Aunque en compensación, desde aquí
os damos un consejo. No miréis arriba, mirad abajo, se ve mucha altura en
seguida, y parece que “has hecho algo”.
Una vez
llegamos arriba, cuando ya no queda (casi) subida, vemos una roca gigante con
la marca del PR que debemos seguir… y más rocas detrás. ¿Hola? ¿Es por ahí? No
puede seeeeer… ¡Pues sí es! Un túnel muy cuco, de 30m, según pone en internet.
Mientras mi acompañante buscaba la linterna (porque no sabíamos cuánto medía el
túnel) yo me puse a trepar…
Una vez
fuera del túnel, hay que seguir recto, la marca se ve muy clara… Pero también
se ve muy claro un camino a la derecha, y allá que fue Dora a explorar. No tiene nada… Pero lo tiene todo. Silencio, el sonido
de tus propias pisadas, contraste de colores, roca gris, helechos verdes,
tierra marrón… Bueno, que por cacharrear está bien, pero igual que entras
sales, porque hay que seguir nuestras adoradas marcas de PR.
Algo más
adelante, nos volvemos a desviar (un par de metros) de las marcas, para subir a
una roquita desde la que vemos unos halcones, que a mi personalmente me dan
mucha envidia, porque, si sólo con trepar una roca, me quedo alucinada viendo
esto…
…
Sobrevolarlo tiene que ser una pasada.
Pero en fin,
seguimos caminando, persiguiendo marcas, y llegamos a bosque algo más cerrado
(cerrado por pocos metros, pero luego sigue habiendo “plantas”…) Y a un camino
más llano.
Por allí
también cacharreamos cada vez que vemos un hueco. Una de esas veces, un compi
senderista vio la mochila, a un lado del camino, y se asomó a preguntarnos si
estábamos bien. “Sí, sí, que estamos aquí sacando la fotito, no te preocupes,
muchas gracias” (¡qué gusto da encontrarse gente simpática!).
Siguiendo el camino medio llano, acabamos por llegar a la
ermita de Santiago de Lokiz.
El camino sigue por la pista… Sólo unos metros. Y aunque es
muy tentador seguir por esa pista, ancha, fácil, muy visible… Resulta que hay
una marca pequeña, mínima, enana, ínfima, que nos indica que hay que girar a la
derecha.
El camino por aquí da un par de cambios bruscos, hay que ir
muy atento al suelo, porque las marcas están ahí. A veces uno puede despistarse
(que no sé cómo, nosotros no lo hicimos), pero según vimos asomándonos,
por esos “desvíos” no se llega muy lejos.
Total, que va uno bajando alegremente por ese camino,
pensando “uy, q camino más rompepiernas…”(sí también se piensa en lo bonito de
las vistas, pero ahora no estamos a eso…)
... Y de repente, ves por dónde sigue
bajando el camino…
A mi me entró la risa, directamente. Poco a poco, y con
mucho dolor de piernas, conseguimos bajar. Tampoco hay fotos de la bajada, porque estábamos intentando llegar con las piernas sin fracturar. Una vez al final encontramos una
puerta verde, y al girarnos pare cerrarla, vemos de dónde venimos… Y la frase no
es “todo eso hemos bajado” (aunque bien merecida estaba), si no “¡Qué pasada!”
Por allí pastaba un caballo… que nos miró, y yo me alejé un
poco, pero luego siguió comiendo, y ahí que le eché la foto para hacerlo
famoso, porque sé que a vosotros, fans, os gustan los animalicos, y ya que en
ésta no hubo vacas, algo tenía que daros… Porque yo soy fan de mis fans.
Y ya está… ¡hemos llegado!
Ahora tenemos que encontrar el coche… Estaba en la iglesia. Debería ser
por aquí, o no, igual es por allí, espera, sube la calle, no, baja por ahí… ay,
que se acaba el pueblo… Oye, ¿y en el
cartel que pone? ¡GANUZA! Oh, oh… Y ahora, ¿por dónde? Pues… Según vi en el
mapa a la vuelta (o sea, ya en casa, ¡a buenas horas mangas verdes!), hay que
salir del pueblo por el mismo sitio que salimos nosotros, subir a la iglesia
que queda a la derecha de la carretera, y seguir las marcas, que deben existir,
aunque nosotros no las vimos, porque estábamos cansados de recorrer la misma
calle arriba y abajo 5 veces… Orientación cero, pero insistencia muchísima.
Total, que al final tiré de gps, y bajamos por la carretera,
llegamos al pueblo, conocí una pulgosita muy juguetona que mordía las tiras de
mi mochila, le di de comer, nos metimos al coche a comer nosotros, y empezó a
soplar un viento que nos hubiera hecho volar, si nos pilla arriba. ¡Just in
time!
En resumen: no nos perdimos en el monte, porque teníamos que
superarnos a nosotros mismos, y perdernos en el pueblo… (¡El más difícil
todavía!) Pero quitando ese momento, la ruta estuvo muy chula, con muchos
rinconcitos que explorar, que es lo que me gusta a mí. Pero a pesar de todo, y como diría la verdadera Dora... "We did it!"