Se nota que estamos en diciembre, vamos abrigadas a tope...
... Y en cuanto nos acercamos a la cima, vemos que ya está el Belén preparado (lo que me recuerda, que tengo que bajar al trastero a por mi árbol... ¡Feliz navidad! jeje)
Volvemos unos metros sobre nuestros pasos para seguir el sendero hacia la laguna. Hay unos alambres, y una puerta justo por donde pasa el camino, pero como llevo un GPS maravilloso, quiero encontrar una cueva que hay por allí, y me pongo a buscar sin molestarme en cruzar la puerta... Y resulta que está al otro lado, así que toca colarse
Y jugarnos un poco la vida. Vale, soy un poco exagerada, pero resbalaba bastante, así que al final no llegamos a entrar, solo postureo para la foto.
Volvemos al camino, a buscar la laguna. Tiene poquita agua a estas alturas, pero algo queda.
Como dije al inicio, la intención era hacer la ruta completa (en el folleto está en rojo). Paramos a comer algo en el primer cruce, y vemos que se empieza a poner el cielo muy negro muy negro, y no nos apetece mojarnos, así que tras mucho debatir (bueno, no tanto), decidimos atajar por el sendero de peña águila.
Tendremos que cruzar un prado, largo y muy abierto (así que ojo con el viento).
Aquí ya hemos alcanzado el camino inicial, y desandamos el camino para volver de nuevo a Foncea. Nos queda pendiente la otra mitad del sendero, y el atajo de El Escalerón. Para la próxima, con mejor tiempo. Voy a adornar mi árbol, ¡Feliz Navidad!.
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